Hasta ahora siempre he colgado dibujos de mis niños. Hoy lo hago de dos adolescentes de recorrido bien distinto y de los cuales una profesora sesiente muy orgullosa.
Anna empezó con ocho años. La veo, como si fuese hoy, pequeñita y con unos enormes ojos que todo lo aprendían y una inocencia que aún conserva en gran medida. Las clases con ella siempre son un regalo. Incluso hemos desarrollado un lenguaje propio: pim pim, zas zas...
Si tenim en compte que les classes són de dues hores setmanals i que aquest noi mai no s'havia dibuixat, veig en aquests autoretrats un progrés espectacular.
Adrià tiene la misma edad que Anna, 16 años. Este curso ha empezado el Bachillerato artístico y se apuntó para reforzar su dibujo.
Si tenemos en cuenta que las clases son de dos horas semanales y que este chico nunca se había dibujado antes, veo en estos autorretratos un progreso espectacular.
Si tenemos en cuenta que las clases son de dos horas semanales y que este chico nunca se había dibujado antes, veo en estos autorretratos un progreso espectacular.
El que jo els dic: Si amb setze anys féu això... què no podeu fer?
Lo que yo les digo: Si con dieciséis años hacéis esto...¿Qué no podéis hacer?
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