Me gusta mucho esmaltar esas diminutas imágenes . Cada pincelada está llena de cariño. Me gusta pensar que una pequeña joya como ésta sea un poco como el ángel de la guarda para la persona que lo lleve.
La técnica empleada es la de Limoges . La montura es de oro, al igual que el cierre. Las cintas de organdí conforman una pulsera. Cuando la niña crezca se podrán cambiar estas cintas por una gargantilla.
En el montaje he contado con las manos y la sensibilidad de la joyera de Valls Astrid Ferré.
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